Los perritos radiactivos de Chernobyl están siendo traídos de vuelta a la sociedad.
En 1986, el reactor nuclear de Chernobyl colapsó, lo que obligó a las personas que vivían en la zona a evacuar.
Muchos de los que evacuaron pensaron que podrían regresar a casa en cuestión de días, pero estaban muy equivocados.
Un efecto secundario de este éxodo es que muchas mascotas se quedaron atrás mientras los residentes huían a salvo.
Más tarde, se envió personal militar para disparar a las mascotas que encontraron en la zona, pero algunos de los animales lograron evitar ser abatidos.
Ahora, más de 30 años después, existe una importante población animal en Chernobyl, una que ha vivido allí en gran parte sin ningún contacto humano o interferencia.
Entre esta población hay muchos perros y gatos que se cree que son los descendientes de los animales abandonados.
El cineasta Drew Scanlon realizó y subió a YouTube un documental corto que muestra imágenes de una cantidad de perros que recorren la zona de exclusión de 1,000 millas cuadradas.
Según Huffington Post, algunas personas pueden ingresar a la zona: trabajadores de la planta, algunos turistas y algunos otros.
Algunos de los residentes que abandonaron la zona regresaron silenciosamente a sus pueblos, también en contra de las órdenes del gobierno. Sin embargo, se advirtió a todas esas personas que no deben tocar a ninguno de los cachorros por temor a las partículas radiactivas que pueden adherirse a su pelaje.
Una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a administrar los efectos secundarios de los accidentes industriales, el Clean Futures Fund, ha intervenido para echar una mano.
Desarrollaron un plan de cinco años para lidiar con el problema de los perros esterilizando y castrando a todos los perros y gatos que pueden, estableciendo estaciones para alimentar a los animales, y brindando una clínica veterinaria para atender sus necesidades de salud. Comenzaron en septiembre de 2017.
Crédito: Firef7y
Una de las cosas que el fondo ha estado estudiando es descubrir la cantidad de radiación con la que los animales realmente han estado en contacto.
Las personas pueden tener limitaciones estrictas sobre dónde ir en la zona de exclusión, pero con animales sin hogar, limitar sus movimientos es un ejercicio infructuoso.
Van a donde quieren, yacen donde quieren, y comen y beben donde encuentran comida y agua, gran parte de la cual todavía está contaminada.
Crédito: Jorge Franganillo
La Agencia Estatal de Ucrania sobre Gestión de la Zona de Exclusión anunció que 12 perros habían sido rescatados de la zona con la esperanza de que pudieran ser enviados a los Estados Unidos para su adopción.
Mientras tanto, los perros se enviaban a una cuarentena de 45 días en la ciudad de Slavutych, no solo para realizar una evaluación de la salud y una determinación del nivel de radiactividad, sino también para ver qué tan bien los perros podrían adaptarse a una nueva vida con los humanos.
Crédito: Timm Suess
El objetivo final es encontrar hogares para 200 perros, pero la expectativa es que será un proceso continuo que llevará hasta 18 meses.
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