La hermanita de este Golden Retriever ciego actúa como su propio perro guía


Desde que era un cachorro, a Jake le encantaba estar cerca de otros perros. Él y su hermana mayor, Molly, eran inseparables. Entonces, cuando Molly falleció, Jake estaba desconsolado. No le gustaba ser el único perro, por lo que sus padres decidieron que Addie lo acompañara. Addie era un joven Golden Retriever, pero terminó ayudando a Jake en más formas que sus padres habían imaginado.

Jake tenía mucho que enseñarle a Addie mientras crecía. Cuanto más tiempo pasaban juntos, más se unían. Sin embargo, esa alegría se detuvo cuando su familia descubrió que había algo mal en los ojos de Jake.


Los Atkinson comenzaron a ver síntomas de problemas oculares con Jake, Addie estaba a su lado. A menudo le lamía los ojos con la esperanza de ayudarlo a sentirse mejor.


Después de meses de visitar al veterinario y obtener diferentes tratamientos para Jake, descubrieron que sus ojos ya no podían producir lágrimas. Debido a esto, los veterinarios informaron a los Atkinson que tendrían que quitarle los ojos a Jake. Si no lo hicieran, sería demasiado doloroso para Jake y tendría que ser sacrificado.


Al principio, dudaban. Quitar los ojos de su perro parecía un procedimiento tan extremo. Pero, por supuesto, querían lo mejor para Jake. Después de hablar con otros padres de perros que habían pasado por una situación similar, se sintieron cómodos avanzando con el procedimiento.

Tan grave como fue la cirugía, Jake seguía siendo feliz después de que se completó. Tenía solo dos años, pero era un niño muy valiente. Sin embargo, no estaría donde está hoy sin la ayuda de su hermana.


Como Jake ya no podía ver su entorno, necesitaba algo de tiempo para reajustarse. Sin embargo, Addie se negó a dejar su lado. Él le había enseñado cosas cuando era un cachorro, así que ahora era su trabajo devolverle el favor.

"Durante mucho tiempo después, ella siempre estuvo muy cerca de él", dijo Kim Atkinson. "Tuvo que trazar otra vez nuestra casa y aprender dónde estaban las cosas".

Los Atkinson tratarían de ayudar a Jake a moverse, pero no parecía interesado en recibir su ayuda. Intentarían mostrarle cómo subir y bajar las escaleras, pero parecía que no podía hacerlo. Sin embargo, tan pronto como Addie vino a ayudarlo, pudo bajar las escaleras sin problemas.


Él siempre puede oler y escuchar a Addie cuando está cerca de él, así que la sigue y aprende de ella. Son inseparables, y ella lo ha ayudado a convertirse en su yo juguetón una vez más.

No es ningún secreto que los perros pueden ayudar a las personas a sonreír, pero resulta que también pueden beneficiarse unos de otros. Sin Addie, Jake probablemente no tendría la confianza que tiene hoy. Ser ciego no le impide disfrutar de la vida, y es muy afortunado de tener a su dulce hermana a su lado en todo momento.

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