Perro adoptado por una cafetería se sienta con los clientes solitarios y les hace compañía

Camila Gallando es dueña de Dickens, un Restobar argentino mayormente comprometido con ser un café. Ella opera la empresa familiar, que es muy conocida en la comunidad. Todos los días eran iguales, sin grandes cambios, hasta que llegó Corchito y lo alteró todo.

Corchito se vio obligado a buscar refugio en el café de Camila en un día lluvioso, y ella rápidamente se enamora de él. A Camila le gustó lo amigable que era el perro, así que decidió que Dickens sería su nuevo hogar de ahora en adelante, y que esta hermosa propiedad se convertiría en el paraíso terrenal de Corchito.

Camila, la dueña del café, adoptó al perro y lo llamó Corchito. Ahora está a cargo de acompañar a los clientes que están solos o que tienen un día difícil. Algunas personas no siempre se sienten comprendidas cuando están rodeadas de otras personas. Corchito está por tanto al alcance de los consumidores más solitarios.

Camila no tenía idea de cuánta atención recibiría Corchito. Se instaló sin incidentes, aunque fue especialmente amable con todos. Lo más sorprendente es que cuando alguien entraba a Dickens y se sentaba solo en una mesa, Corchito se le acercaba y se sentaba en la silla a su lado sin dudarlo.

Corchito entiende que a veces todo lo que necesitas es un poco de amor y apoyo para sentirte mejor. Este perro puede detectar cuando alguien está teniendo un mal día. Además, su mera presencia hace que las personas sientan que su día ha sido mejor. Sentir el afecto de un animal durante un período prolongado de tiempo los hace sentir felices.

Muchas personas pueden asumir que el perro está pidiendo comida o algo así, pero el perro simplemente se sienta y camina con la gente. Cuando otros le hablan, parece prestar mucha atención a lo que dicen. Una de las clientas ha perdido recientemente a su marido, con el que venía al café y se sentaban con Corchito, pero ahora viene sola, por lo que el perro está aún más presente para ella.

El perro parece tener un sexto sentido para detectar el dolor y, por lo tanto, se acerca a las personas más afligidas.

Camila no solo cuida a Corchito, sino que también ha decidido dar cobijo a los otros perros callejeros que acuden por la noche al café en busca de un lugar donde dormir. Corchito reconoce la circunstancia y les expresa su apoyo. A pesar de ser el perro del café, siempre está dispuesto a ayudar a otros perros o personas. Corchito es sin duda un ejemplo brillante, y es gracias a él que los habitantes de la región valoran aún más el café.

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