Un vecino de Nuevo México, Santiago Martínez, fue a Albuquerque para pasar sus vacaciones como cada año. Sin embargo, este año decidió desafortunadamente abandonar a su querido perro Golden Retriever, porque explica a algunos amigos: "Estoy harto del perro porque no puedo ir a ningún lado sin tener que cargarlo". En la primera estación de servicio, lo abandonó.
Lo que nunca imaginó fue que nueve días después, después de muchos lamentos, su perro iba a aparecer allí mismo en la playa, olfateando en cada esquina en busca de su dueño. En ese momento, Santiago estaba inmerso en una terrible sensación de culpabilidad y corría a abrazar a su perro y recompensar su lealtad. Sin embargo, según testigos, el perro se quedó sin aliento y tenía una expresión como: "serás un hijo de $#%"/# , me dejaste así", cuando el perro estaba en sus brazos, no lo dudó y lo mordió con fuerza. Entonces, de repente, Santiago gritó que, según dicen, fueron escuchados en el Parque Nacional del Gran Cañón.
El perro se dio la vuelta y regresó a su casa haciendo autostop como un perro abandonado, por lo que fue adoptado por una maravillosa familia que no sabía realmente lo que estaba pasando, mientras que Santiago se estaba curando de sus heridas en el puesto de socorro.
